sábado, 27 de noviembre de 2010

Unas piedras y un código numérico catastrófico Presagio de Alex Proyas



En 1959 una profesora les dice a sus alumnos que dibujen como seria el mundo 50 años después. Estos dibujos serán metidos en una capsula del tiempo para que las nuevas generaciones la conozco. Mientras los niños dibujaban muy concentrados un futuro al parecer promisorio, Lucinda, una solitaria niña, escribe una serie de enigmáticos números pero la profesora se los arrebata y los deposita en la capsula, aunque lucinda se desaparece y termina de garabatear el resto de números en la puerta de un armario. Años más tarde la capsula es abierta y a cada niño se le da una carta. A las manos caleb, hijo del profesor de astrofísico John Koestler, llega el extraño código numérico que había escrito Lucinda. Todo continúa sin mayor sorpresa hasta que Koestler en su casa detalla la misteriosa carta y los números coinciden con la fecha de tragedias como los atentados al World Trade Center de Nueva York. Alarmado ve como los números restantes anuncian tragedias venideras, entre ellas el fin del mundo. De ahí en adelante empezara la lucha de este junto a su hijo y Diana Wayland, la única hija de Lucinda, por sobrevivir ante el eminente desastre, aunque Caleb y la hija de Wayland , Abby, sobreviven juntos con otros pocos, luego de haber sido escogidos por unos misteriosos hombres quienes les susurran constantemente un mensaje.





Si bien hay elementos interesantes y simbólicos como las piedras negras encontradas en la vieja casa de Lucinda y que pisa John en el bosque mientras su hijo es llevado por aquellos hombres en su sofisticada nave y luego se suspenden en el aire mientras la nave alza vuelo, pueden representar una nueva vida o la sabiduría para asumir semejante adversidad, la película no deja de tener una narrativa convencional tipo Hollywood donde el fin del mundo es previsible y cercano, y que a pesar de semejante cataclismo siempre hay un sobreviviente que hará resurgir la especie humana. Es una mirada particular al entrelazar diversas tragedias históricas que desencadenaran en un fin absoluto, pero no sorprende mucho porque el suspenso se hace previsible, ya sabemos que un enorme rayo de sol borrara la faz de la tierra por completo.

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