lunes, 16 de agosto de 2010

"La mente es poderosa"



“la mente es poderosa” dicen por ahí. En verdad si lo es. Imaginemos por un momento que estamos en una gran fábrica. Hay una producción enorme y el ritmo de trabajo se hace más exigente. Todos los departamentos, desde producción hasta desarrollo humano están coordinados entre sí para que el rendimiento sea óptimo. Así es nuestro cerebro. Cada acción nuestra es el producto de un trabajo coordinado entre varias partes ¿a qué se debe esto? A un estimulo, a una orden que nos permite desde caminar hasta decir las mas enaltecedoras y destructivas palabras. Después de mirar el documental “la evolución de la mente” vale la pena reflexionar sobre aquella frase que han dicho una y miles de veces profesores, estudiantes, amas de casa, pitonisas, curas y demás: “la mente es poderosa”.
Pero tal definición no se logro de la noche a la mañana, así nada más y sin darnos cuenta. El ser humano a medida que fue evolucionando adapto su cuerpo a las necesidades del momento: de cazador paso a ser recolector. El cerebro también se fue adaptando a dichas circunstancias. Pero no solo creció hasta convertirse en una masa corpórea, no, también amplió sus funciones, llegando a ser parte esencial de nuestro desarrollo. Gracias al cerebro el ser humano es lo que conocemos, o tratamos de conocer; un entramado de sentimientos, creencias y mitos, ideologías, necesidades, en fin, todo lo que hace a cada persona única.


Otro alcance que ha tenido el poder de la mente es la evolución y los pasos que ha dado el hombre al ritmo de la historia. De la precaria caverna paso al confortable apartamento. De las extensas y despobladas llanuras paso a las enormes y congestionadas autopistas. El hombre gracias a la mente también ha creado cosas maravillosas desde una pintura magistral hasta una construcción arquitectónica monumental. Sin embargo, así como logra llegar a la perfección, también ha caído en lo más oscuro de sus intenciones. Guerras y una larga lista de barbaries contra el otro dan cuenta de hasta dónde puede llegar, muchas veces justificando su accionar destructor. Por desgracia el poder creador de la mente ha sido direccionado a otro rumbo, al de la absurda destrucción.
Y sin embrago, a pesar de los contrastes tan fuertes, el cerebro y la mente como tal, siguen despertando enigmas. Fuera de ser esa “masita rosadita que parece un repollo” como lo definí cuando era niño, es el centro de operaciones, por decirlo así, del ser humano. Comprenderlo o tomarse el tiempo de analizarlo es dar un paso para entender esa condición a la que fuimos asignados y nos despierta las más altas y bajas pasiones, a veces no soportamos y otras deseamos con fuerza, a la cual también le renegamos o nos resignamos. Si, aquel rol al que no podemos renunciar; la condición humana.


Felipe Sánchez Hincapié